Lago, laguna, laguna infernal. A nivel arquitectónico designa un estanque, pilón, cisterna, hoyo, o depósito (parte de una fuente).
Fuente acondicionada artificialmente para su mejor uso y aprovechamiento, frente a otros términos como SALIENS AQUAE o FLUENS AQUAE que vendrían a hacer referencia más concreta a la surgencia natural de agua, sin acondicionamiento. En general, como sucede en el caso de Pompeya, hace referencia a las fuentes construidas más sencillas (Ginouvès 1998, 92), con pilas rectangulares a caballo entre la calzada y la acera, rematadas por un cipo ornamentado de cuya parte alta manaba continuamente agua. Sus pilas solían ser de mármol o toba, con orificios de desagüe, y en su borde superior contaría con un canalillo por el que el agua sobrante se vertería en la calle.
Puede hacer referencia también a un espacio natural donde se almacene agua, caso de lagos o estanques grandes. El derivado LACUNA aparece mencionado como pantano, tanto natural como artificial; otras acepciones serían: estanque descubierto por contraposición a la cisterna que era cubierta; Pieza de agua artificial, en una granja o una villa; Abrevadero (tanto para animales como para tener una reserva de agua para apagar fuegos); Estanque o pileta creada en el centro de un atrio para la recogida del agua procedente de la lluvia traída desde los tejados: lacum compluvius.
Los MUNERA reciben el nombre de “ornatissimos lacus”, al especificar un tipo de fuentes construidas de carácter ornamental (Front. Aq. 23,1; Suet. Cl. 20,1-2).